EMILIO MORENO
SANT BOI DE LLOBREGAT
En el día mundial de la
poesía
Te saludo tan linda
como eres,
con ese cuerpo tantas
veces fino
y otras grueso rotundo
con espino
deleitando mi alma con
poderes
Diciéndome y hablándome
de seres
que van preñados en mí
y que atino
con tu acento pesado
tan divino
y tú que acercas para
mis placeres.
Dama del día y noche,
compañera
sin reproches, mi
cándida, mi lírica.
Poema con estrofa
verdadera.
Experiencia vital
fiebre tan crítica
hoy tu celebras, dolo
que me espera.
Amante dulcinea y
satírica.
Sintonía
Mi partitura no finge,
refleja gloriosas notas,
unas con otras se miman
en mi noche turbadora.
Esa obra musical
inscribe lo que no espera
es sublime y pasional,
refleja mi vida entera
El atril que inerte
aguanta
soporta subordinadas
las penas que llevo dentro
sin estar justificadas.
La batuta que no para
invade toda mi calma,
mi pasión que ya no basta
por un error y una causa.
De tu cuerpo de guitarra
guardo tantas esencias,
que cuando te palpo apenas
suenas, sin mostrar
carencias.
De tu alma mi violín,
que fino sostiene el ritmo
en mi mente los compases,
de la canción y tus mimos.
Ando buscando ese cuerpo
que me permita soñar,
aderezar la esperanza
y desterrar el dudar.
Tienes cuerpo de guitarra
llevas tempo y diapasón
eres melodía clara,
mi Sintonía mayor.
Dañando al verbo
“Miembras” y miembros dijo
la ministra
En una falta de idioma
lingüista
desde el Congreso no siendo
sexista
para hacerse la culta y
dejar ristra.
Diferencia de género
registra,
todos y todas en error
simplista
cuando no viene a cuento es
clasicista
cual ignorante áspero que
arbitra
Para que alargar sin causa
la frase
sabiendo que no es culto ni
preciso
usado por políticos sin
base.
Pronunciando palabras con
desfase
para hacer llegar un recado
inciso
y confundir las “miembras”
de la clase
Amor bordado
Sé que aun y sin ser tuyo
te quiero
porque en la propiedad ya
no hay dominio
y aun y así queriéndote en
silencio,
sin ruidos, con el alma
siempre espero.
Somos libres de un mundo
placentero
de aquel que nos juntó con
su bullicio,
en el mismo barbecho junto
al quicio
de la vida y nos dio su
fruto entero.
¡Sí! ¡Soy tuyo!. Paciente,
al completo
con tus noches y días sin
recelos
con tu guía robusta y yo tu
objeto.
Y con tu amor bordado en
los pañuelos,
de mis cielos, a lomos de
un soneto,
vivimos en postreros
terciopelos
Ella es así
Qué fácil es vivir calleja
abajo,
cuando vibran sonrisas y te
“quiero’s”
Huérfanos en disgustos.
¡Tan sinceros!
Al disfrutar de ti, siempre
a destajo.
Dejándome ir sin frenos
por mi atajo,
desnudando perfiles menos
fieros,
confundiendo de risa los
“prefiero’s”,
escondido en tu piel como espantajo.
Mezclada muy disuelta con
sonrisas,
Me quedo de tu gusto
contemplando,
atado con tu hilo, a tantas
prisas.
Así te amo, sin normas,
volando.
Soñando cómo hueles.
¡Flores, brisas!
Sensato te acaricio,
paladeando.
De mis lazos
Nunca imaginé bello
sentimiento,
orgulloso y extenso entre
mis brazos,
descendiente preciosa de
mis lazos
que me llora y me gime con
lamento.
Dudé de mi confiado
entendimiento.
Murmuré por mis miedos, a
codazos.
Discutí sin tenerla en mis
regazos
hasta que la abracé. ¡Dios,
qué momento!
Su amanecer, recuerdo, fue
con gana,
haciéndose rogar al rey
dichoso,
por capricho al nacer, con
brillo grana.
¡Ay, hija de mi hija!, tan
hermoso
encontrarme con dicha y
orgulloso
abrazando y queriendo a mi
niña Anna.
Viento batiente
Cual viento huracanado
desgarra,
me quiebra el alma, sin
hacerla añicos.
Tropieza conmigo, como
individuo
Acobarda, confunde,
incendia,
aparte de mi cabello
escaso,
que ¡sí! arrebata, lo
alborota
y como le da la gana,
desgreña.
Aire juncoso que a mis
entrañas confiesa
tan falso como mis
bravatas. Tan necias.
Las deja claras, sin
penitencia.
Ventea mi cara sufrida cual
banderín
enarbolado y firme
mantiene.
Aferrado a mi peldaño,
dando la frente,
resisto quizás a mi muerte
vencida,
con un desaire rabioso, preñado
de
dolencia irreal.
Topando mis ojos con un
viento nuevo
cierra mis parpados y mis
miedos
Dureza del huracán,
hurtando mi alma,
cuando fui que la solté
apática,
sin pretender mecerla ni
acunarla.
Ahora muy grave el presagio
aparece,
mezclado con la borrasca
mortecina de pecado.
El tifón me expulsa y daña
sus rachas no me apetecen.
Soporto sus bocanadas
atrevidas
sorteando sus ráfagas de
pecado hirientes.
Son las que ofrezco
irritando, impertinente.
Mi camisa desabrocha,
como lo hace el reflejo,
mostrando mi pecho
con dos gargantas míseras,
tan secas como el afluente
del infierno.
Silencio
No se disfrazó en Carnaval.
Encubriendo sus tristes
celos.
Nadie la reconoció con su
disfraz
ni siquiera cambió de
atuendo.
Quién la podía esperar
en tono carnavalesco.
Cabellos del mismo árbol,
arbusto del mismo sello,
atavíos que son capaces
de imaginar sufrimiento,
distrayendo sus penurias
que volverán por supuesto.
No me dijiste que me
tocaba.
Tú me elegiste a dedo.
Qué daño puedo haber hecho,
no es mi turno, por
supuesto.
¡Vienes demasiado pronto!
¿Ya no tengo aplazamiento?
Si fueras dulce y
quisieras
regalarme un deseo.
Te prometo que más tarde
¡después!
Cuando pase el tiempo,
puedes venir a cobrarte
todo lo que te debo.
¡Deja a ver si te
entiendo!
¡Claro no serías!
Mi ruina.
Por supuesto.
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