MARI CARMEN GÓMEZ
ZARAGOZA
La diversidad
Ver la diversidad de las
hojas,
sentir el aliento del aire.
Contemplar cómo todas las
horas,
se dividen cuando se esparcen.
Nos hace ver efímeras
sombras,
que nos rodean y nos
complacen.
Cuando caminamos a solas,
o en los momentos
inolvidables.
El polvo que nos hizo de
olas,
la profundidad que dentro
barre.
Todo eso que se esconde y
llora,
en el pasado, hizo
mortales.
Ver la diversidad que se
obra,
apreciar cada breve
instante.
Alegrarse con las simples
sobras,
eso y sólo eso, nos da su
llave.
La estación del tren
Te espero, escuchando la
noche.
Como se espera en los
andenes,
de la estación del tren.
Sin saber exactamente, cuál
es el tuyo.
Miro la hora, unas cuantas
veces sin verla.
Solamente por asegurarme,
que llevo tiempo en la muñeca.
Me siento en los viejos
bancos de madera haciendo ruido,
el único sonido que se
escucha en este silencio oscuro.
Me dispongo a escribirte,
mis sentimientos,
mis suspiros de aliento.
La penumbra de la estación, me alumbra ligeramente…
El tiempo pasa despacio,
llegando a pensar
que estaba muerto.
Allí encuentro la paz,
en la soledad de la estación del
tren, sin saber cuál es el
tuyo.
Las
notas de mi vida
Tú, eres el encargado de
tocar
las notas de mi vida.
Sacar los acordes
de mi día a día.
No dejas que los demás
toquen nuestra canción.
Cada cual interpreta
los adagios como mejor crea
acorde a sus pensamientos.
Los arreglos de la sintonía
depende de las corcheas,
fusas, semifusas de los sentimientos.
Bailan tus sentidos en Sol mayor
con la música de mi corazón.
Los silencios de la noche
En los silencios de la
noche,
se puedo escuchar el
murmullo
de una voz que me nombra.
En los silencios de la
noche,
solo hay reproches,
que no garantizan
la paz interior .
En los silencios de la
noche,
suenan los pasos del
pasado,
marcando el compás de tu
pasar.
En los silencios de la
noche,
no hay aire, no hay vida,
se terminan las dulces
melodías.
En los silencios de la
noche,
mi voz desgarra el grito de
mi alma,
desangrando la herida de la
nostalgia.
No hay luz frente a mí, que
ciegue mi andar,
no hay ruidos que
despierten
añoranzas olvidadas,
en los silencios de la
noche
vuelvo a soñar.
Luna
Luna, eres bella
en cánticos de ilusiones,
escribiendo penas y
fortunas
de una vida en rondas de llantos.
Luna, eres inmaculada
en pureza de sábanas y
aromas
de ser mujer tan nostálgica
y sola.
Luna, eres bella
en el templo de las
estrellas
que cantan, ¡eres solo
poesía!
Poesía en mordazas de alma.
Luna, eres bella
en cánticos lloviendo el
rocío
de la tristeza amarga de
una vaga alma
tan hermosa y mortal.
Luna, eres inmaculada
en pureza de un corazón
y en nubes y pensamientos
eres inspiración
meciendo sueños y llantos
hondos.
Luna eres bella
en el templo de Venus y
Afrodita
donde eres ensoñaciones de
estrellas
que lloran tu gran sentir
del alma solitaria.
© Mari Carmen Gómez Sanz
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