dimecres, 17 d’abril del 2019

Antologia 2018: Ana María Franco Vaqueras



AMPOSTA


Las mujeres del silencio.

Las mujeres del silencio, mis predecesoras.
Abnegadas, sin palabras, sin boca.
Sin un grito de dolor en sus labios.
Sin ver el amor en su pecho.
Muchas de ellas sólo fueron,
carne y huesos.
Desconsoladas, tristes, abatidas, afligidas...
Eran como mulas de carga,
tirando solas de la vida.
Ellas fueron, mis abuelas, mis tías-abuelas y mis bisabuelas.
En sus pieles marchitas,
la noche se iba cebando.
Robando sus sueños,
haciendo jirones sus corazones.
Tenaces, luchadoras,
trabajando hasta la extenuación.
No había ni una sola caricia
engalanada en sus vidas.
Rosas jamás recibían.
Recibían a diario,
los golpes de la vida.
En sus puños apretados,
escondían el dolor.
En sus almas mancilladas,
la ignominia de una sociedad,
que las ignoraban.
En la inmensidad de sus sufrimientos,
sus ojos eran sus delatores.
¿Que culpa tuvieron ellas,
de haber nacido siendo hembras?
¿Acaso no fueron vida,
amor y sentimientos?
Abrieron sus carnes,
con mucho dolor parieron.
Caminaron desde el alba,
hasta el salir la Luna.
Bebiendo el agua de los arroyos,
mientras el viento,
acariciaba sus mejillas.
Campesinas sin memoria,
rotas de tanto trabajar.
Sus pasos estaban deshechos.
Sus derechos no podían reivindicar.
No obstante, algunas se revelaron,
alzando su voz.
Escribieron libros.
Reclamaron derechos robados, vulnerados...
Celebraron su feminismo.
Sin máscaras mostraron su poder.
Pintando un arcoíris en el horizonte,
con la osadía de conquistarlo.
Porque de tanto color negro...,
de tanto color negro se hartaron.
Demasiados silencios, demasiadas lágrimas amargas tragaron.



© Ana María Franco Vaqueras.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada